Domingo
El paisaje a través
de mi ventana me alarma que será un hermoso día, pero no me esfuerzo en dar el
primer paso para atravesar la puerta de la recámara. Tengo tres trabajos acumulados y no he lavado
los platos desde anoche, no encuentro una razón para hacerlo, y tampoco pensaré
en ello.
La risa de los niños
no me motiva, y viendo el compás del reloj logro notar las largas horas que
están pasando. Estoy perdido en mis pensamientos y no puedo moverme, busco de
aquí para allá alguna motivación para volver de este día igual de productivo
que otros, me produce dolor no hacer nada, pero creo que necesito descansar.
Entonces me pregunto
¿Cuándo fue la última vez que me tomé un descanso? Pues la mente, también
necesita ser escuchada de vez en cuando por uno mismo.
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