Domingo

    Son las diez de la mañana y aún no me levanto de la cama. El intenso brillo del sol se posa en mi rostro deseándome los buenos días.

    El paisaje a través de mi ventana me alarma que será un hermoso día, pero no me esfuerzo en dar el primer paso para atravesar la puerta de la recámara.  Tengo tres trabajos acumulados y no he lavado los platos desde anoche, no encuentro una razón para hacerlo, y tampoco pensaré en ello.

    La risa de los niños no me motiva, y viendo el compás del reloj logro notar las largas horas que están pasando. Estoy perdido en mis pensamientos y no puedo moverme, busco de aquí para allá alguna motivación para volver de este día igual de productivo que otros, me produce dolor no hacer nada, pero creo que necesito descansar.

    Entonces me pregunto ¿Cuándo fue la última vez que me tomé un descanso? Pues la mente, también necesita ser escuchada de vez en cuando por uno mismo.


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