El niño al que se le murió el amigo

«Este escrito está basado en la parte de un libro, Ana María Matute. El cuento fue hecho como material para el escritubre. Sin nada más que decir, espero que disfruten la historia» 



Él se despertó una mañana, ansioso de ver a su amigo, el que siempre estuvo para él, felicitándole en los días buenos, y escuchándole en los días malos.

 

Lo buscó por todas partes, pero no estaba en su casa, ni en el columpio, ni en el parque de niños.

 

Se preguntó  «¿Dónde está» Mientras seguía buscando. Pero nunca lo encontró.

 

Le contó a su madre esperando una respuesta, así fue cuando aquella le confesó que recientemente se había marchado de este mundo.

 

—¡El volverá! —Exclamó con seguridad.

 

Entonces buscó por días, tal vez semanas… pero jamás apareció. Un fuerte golpe de nostalgia, le impactó al ver aquella pelota gris que usaban para jugar a diario. Fueron días duros, también fueron días fríos.

 

«Es mejor aceptarlo» pensó, se limpió sus húmedas mejillas que ya estaban rojas de tanto llorar. Cuando se dijo a si mismo aquellas palabras, no se había percatado de lo mucho que había crecido.

 

No pasó mucho tiempo para que pues, comenzara a sonreír con su inocente sonrisa. Estaba feliz de haber conocido a un amigo, pues si jamás lo hubiese conocido, no sería el caballero en que se había convertido.

No todos tienen amigos, algunos ni logran conocerlos. Es por ello que le tenía mucho valor, al único amigo que tuvo.

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