Cáncer

Extraño comer un desayuno junto a mi madre, pues ya perdí la cuenta de los días que llevo en esta camilla. Mi madre viene a diario, pero ya no desayunamos juntos.

    Todos sonríen, recuerdo que no todos los días se mostraban contentos. Sé muy bien que había peleas y tristezas…

    Todos ruegan que esté bien, todos me dicen que estaré bien. ¿Por qué no se quedan conmigo? Estoy solo y valoro cada minuto en el que se encuentran, por el tiempo que dedican a visitarme.

    Me estoy perdiendo en la oscuridad, estoy perdiendo todo. Los mechones de mi cabello caen de a golpe y se los lleva el viento. Mi cuerpo ya no tiene fuerzas, mis venas están muy marcadas y desesperadas haciendo su único trabajo.

    No quiero morir, quiero estar con ustedes. Quiero que la vida me dé una segunda oportunidad, en la que pueda sonreír y hacer las cosas bien.

    Mamá, me temo que tendrás que seguir desayunando tu sola, porque debo ir a la guerra, como todos los días, y la verdad no sé si regrese vivo.


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